El ombudsman de Guatemala, Jordán Rodas, advirtió este jueves de un grave riesgo de hambruna en regiones empobrecidas del país que sobreviven de sus cultivos, cuya situación se agrava por ausencia estatal y la pandemia de covid-19.
Rodas señaló que existen «serios indicios de crisis alimentaria en muchos municipios y hogares, con riesgo de que se transformen en hambruna», y recomendó al Congreso declarar emergencia nacional por «amenaza a la seguridad».
Con esa declaratoria se pueden eliminar las barreras burocráticas y de discrecionalidad en el manejo de los programas sociales, agregó en un comunicado.
El magistrado de conciencia comentó que las familias en condición de pobreza y extrema pobreza se encuentran en alto riesgo de inseguridad alimentaria y su desatención por parte del estado «acelera inimaginables condiciones de hambruna».
Datos oficiales indican que 59.3% de los casi 17 millones de guatemaltecos viven en situación de pobreza, pero se dispara hasta a 80% en las comunidades indígenas que representan 42% de la población. El 23.4% de habitantes se encuentran en pobreza extrema.
En tanto, la desnutrición crónica afecta a 46.5% de los niños menores de cinco años, el índice más alto de Latinoamérica, según datos oficiales.
El funcionario lamentó que «las pequeñas reservas y alimentos básicos tienden a agotarse, mientras que las fuentes de empleo se están esfumando, y las restricciones de movilización (por la pandemia) dificultan aún más la búsqueda de oportunidades».
Unas 400,000 familias guatemaltecas son afectadas cada año por la sequía que destruye cultivos de subsistencia, como maíz y frijol.