El genetista estadounidense Francis Collins, jefe de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), fue galardonado este miércoles con el premio Templeton, que reconoce a individuos cuyo trabajo combina la ciencia y la religión.
El premio, en su 50º edición, consta de 1,1 millones de libras británicas (1,35 millones de dólares).
En una entrevista con la AFP antes del anuncio del galardón, Collins -quien dirigió el Proyecto Genoma Humano entre las décadas de 1990 y 2000- dijo que descubrió su fe en los años 1970 cuando cursaba estudios de medicina.
«Como un estudiante de medicina que se encontraba con la vida y la muerte cada día, me di cuenta de que había algunos asuntos muy profundos en los que no me ayudaba mi ateísmo», dijo Collins.
A sus 70 años, Collins está ahora en el frente de batalla de la respuesta de Estados Unidos a la pandemia de coronavirus, y dice que pasa «probablemente unas 100 horas a la semana» en busca de una vacuna u otros tratamientos.
Pero en la entrevista vía videoconferencia se tomó tiempo para reflexionar en el cruce entre ciencia y religión, y cómo esa combinación ha afectado su trabajo.
«El más indefendible de todos los puntos de vista posibles es el ateísmo estricto, que resulta ser realmente bastante arrogante», dijo.
Entre los ganadores anteriores del premio Templeton hay astrofísicos y cosmólogos que reflexionan en las grandes preguntas sobre el origen del universo, pero el trabajo de Collins se ha enfocado en las partes más minúsculas de ese universo: el ADN que compone los genes.
Ahí halló «El lenguaje de Dios», como se titula su libro de 2006, un éxito de ventas.
«Para ser claro, yo no soy de los que creen que Dios milagrosamente intervino (…) hace unos cuantos miles de años y creó el genoma humano así», explicó.
«Veo esto como el largo y elegante resultado de un proceso evolutivo que comenzó con ese primer organismo que se autorreproducía, que realmente no sabemos cómo surgió».
De ahí vino la vida que evolucionó a «criaturas como tú y yo, con grandes cerebros que pueden pensar grandes cosas».
El premio Templeton fue creado en 1972 por John Templeton, un inversor que hizo fortuna en Wall Street antes de hacerse ciudadano británico y mudarse a Bahamas. Murió en 2008.
Originalmente el premio iba a líderes religiosos, como el primero concedido a la Madre Teresa, pero luego se fue ampliando a científicos, teólogos y filósofos. También lo ganaron el Dalai Lama y Desmond Tutu.
La ciencia da a los investigadores «este privilegio de explorar la creación de Dios», añadió Collins.