Para los trabajadores de la salud en Estados Unidos que se preguntan cómo permanecer relativamente cerca de sus seres queridos sin contagiarles el nuevo coronavirus, una asociación ofrece caravanas que pueden estacionar frente a sus hogares.
Anish Samuel y su esposa, Jessica Ripnick-Samuel, ya no podían seguir viviendo así.
Este médico internista especialista en cuidados pulmonares intensivos en el hospital St. Joseph’s University Medical Center, en Paterson, Nueva Jersey, se cambiaba de ropa al llegar a casa en la noche, se duchaba y cenaba distanciado de su familia, pero no perdía el temor a contagiarles el virus.
Pocos días después del parto de Jessica, que padece asma, la pareja encontró gracias a la asociación RVs 4 MDs (caravanas para médicos) esta casa rodante, hoy estacionada frente a su casa.
«Permanecer alejado de la familia de uno es duro, pero al menos puedo verlos», se consuela Anish, que prefiere esta solución a la habitación de hotel que le propuso su hospital, a 25 minutos de su hogar.
Esta fórmula solo atenúa parcialmente el estrés de Jessica, más inquieta por Anish que por ella misma, pero le otorga un semblante de normalidad.
Lo mismo le ocurre a otra pareja en la localidad de East Setauket, en Long Island, al este de Nueva York.
«El objetivo es ayudarlo a mantener la moral», explica la esposa de un médico internista que trabaja en la sala de emergencia del Long Island Community Hospital, y que ahora duerme en una caravana estacionada frente a su hogar.
«Siento que esto lo ayuda a llevar mejor las cosas», dice esta mujer que pidió el anonimato y ahora debe ocuparse sola de sus tres hijos, además de sus dos empleos. «Si estuviese en el hotel, estaría completamente aislado».
Una idea «fantástica»
Cientos de dueños de caravanas respondieron al llamado para prestarlas al personal médico, entre ellos Bud Conway, el dueño de la caravana que utiliza el médico de East Setauket.
«Hallé la idea fantástica», dice este jubilado que si no fuera por la pandemia, estaría posiblemente pescando en algún lugar de la costa de Long Island.
«Todos los parques del condado están cerrados y (la caravana) estaba en un estacionamiento», dice. «Mejor que alguien la utilice».
La operación casi fracasa por vecinos desconformes que llamaron a la policía. Un oficial sin mascarilla los amenazó con multarlos, pero luego la alcaldía los llamó para disculparse.
La asociación RVs 4 MDs ayuda a todos los profesionales que están en contacto con enfermos, por ejemplo a bomberos como Sal DePaola, que vive y trabaja en Staten Island.
Al menos 16 bomberos de su cuartel dieron positivos para el virus de la enfermedad covid-19.
Hace casi cinco semanas que este bombero solo ve a su mujer y a sus dos hijos a través de la ventana o en la puerta, de lejos.
«Al pasar el tiempo se torna más difícil», dijo. «Veo que los niños comienzan a sufrir».
La asociación RVs 4 MDs cuenta ahora con más de 30.000 miembros y se beneficia de la plataforma RVshare, número uno del alquiler de caravanas entre particulares.
El sitio sugirió a sus 60.000 miembros que presten o alquilen a bajo precio sus caravanas a médicos o enfermeros, bomberos o policías.
Más allá de esta iniciativa, que ofrece pocas ganancias a RVshare, la caravana puede ser la gran ganadora de la era coronavirus.
Cuando varios estados anunciaron la semana pasada el levantamiento progresivo de las medidas de confinamiento, las reservas subieron un 139% en el sitio durante el fin de semana (en relación al fin de semana anterior), sobre todo para junio y julio.
Para el director general de RVshare, Jon Gray, aunque los estadounidenses quieran mantenerse lejos de los cruceros y los aviones en los próximos meses, «querrán de todos modos salir y ver un poco la región». Y para eso la caravana es ideal.
Bud Conway prestará a la pareja de East Setauket su caravana el tiempo que sea necesario, pero ya tiene en mente ofrecerles una verdadera noche de camping, lejos de su casa, cuando se reúnan nuevamente.
Los niños ya hablan del tema.