El precio del petróleo bajaba ligeramente el viernes pese a que la sesión asiática concluyó en verde, pero los inversores trataban de calmar los ánimos al término de una semana aciaga para el mercado del oro negro.
Hacia las 09H50 GMT (11H50 en París), el barril de Brent del mar del Norte (referencia europea) para entrega en junio se pagaba a 21,08 dólares en Londres, un 1.17% menos que el jueves al cierre.
En Nueva York, el barril estadounidense WTI para junio, perdía 2.30%, a 16.12 dólares.
La víspera, el crudo de referencia estadounidense subió en torno al 20% tras días agitados después de que el precio cayera por debajo de cero el lunes, por primera vez en la historia.
«Los precios se estabilizaban» el viernes, según Naeem Aslam, analista de Avatrade. Pero un mercado estable no es síntoma de una vuelta a la normalidad, dice su colega Eugen Weinber, de Commerzbank.
El momento difícil que atraviesa el mercado del crudo «está lejos de concluir», dice este último. «Los riesgos son numerosos en lo que respecta a la demanda y la disponibilidad de las reservas. De lado de la oferta, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados tienen todavía mucho que hacer para convencer al mercado».
Las tensiones entre Washington y Teherán contribuyeron a hacer subir los precios en los últimos días, después de un tuit del presidente Donald Trump, en el que afirmaba que había dado orden de «destruir» toda embarcación iraní que se acercara de forma peligrosa a navíos estadounidenses en el Golfo.
Pero «nada ha cambiado en términos de oferta y de demanda», resume Aslam, y el desequilibrio sigue siendo muy favorable al precio.
Los analistas de Rystad Energy, que actualizaron el jueves sus previsiones de demanda anual de petróleo, ilustran bien la caída vertiginosa de esta, que se desplomó el 26.7% y el 19.5% en abril y mayo comparada con los mismos meses del pasado año, debido a las medidas de confinamiento para frenar la epidemia de COVID-19 y que paralizan la economía mundial.
«El impacto económico actual es claramente muy superior a lo que los presagios más pesimistas temían», dice Stephen Brennock, de PVM.