La continuidad de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pende de un hilo por falta de fondos, ha asegurado este lunes el diario El País. Este organismo ha alertado que despedirá a gran parte de su personal si los países miembros no contribuyen con fondos y que además dejarían de operar.
De acuerdo con el presidente de la Comisión, James Cavallaro, si el organismo no recibe fondos con urgencia, a partir de agosto tendrá que despedir al 40% de su personal, o a 30 de las 78 personas que emplea. Pero las consecuencias van mucho más allá. El peligro es hacer retroceder los avances logrados por la Comisión 30 años, lamenta su secretario ejecutivo, Emilio Álvarez Icaza.
La CIDH siempre ha caminado al borde del precipicio económico, pues los únicos fondos que tienen asegurados son los otorgados por la Organización de Estados Americanos (OEA) de un 6%. En el presupuesto de 2016, ese dinero asciende a 4,8 millones de dólares.
Sin embargo la principal fuente de ingresos de la comisión han sido siempre las contribuciones voluntarias, pero ahí los países miembro también han sido, generalmente, muy poco colaborativos.
Los jefes de Estado de la región tienen una narrativa muy fuerte en materia de derechos humanos, pero tienen una chequera muy pasiva. Es momento de empatar el discurso. La CIDH debe ser parte de las prioridades de los países, reclama Álvarez.
Uno de los avances más significativos de la comisión, ha sido la integración del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) que estudió el caso Ayotzinapa y descubrió numerosos fallos en la investigación de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala.
La Comisión tiene la función principal de promover la observancia y la defensa de los derechos humanos, y en el ejercicio de su mandato. Además Recibe, analiza e investiga peticiones individuales que alegan violaciones de los derechos humanos en el continente.
*Con información de: diario El País