Tras conocer a una anciana angustiada por no encontrar lo necesario para protegerse contra el coronavirus, Asiyah Javed tuvo una idea: distribuir gratuitamente a las personas mayores paquetes con jabón y mascarillas, elaborados en su pequeña tienda de un pueblo escocés.
Javed, de 34 años, es propietaria de un comercio en Stenhousemuir, en el centro de Escocia.
Un día, al salir de un supermercado, descubrió a una anciana sola, sollozando junto a su carrito: le explicó que temía que se agotara todo el jabón, cuando la principal recomendación del gobierno de Boris Johnson era lavarse a menudo y extensivamente las manos.
«Fue entonces cuando decidí hacer algo por los ancianos», explica esta tendera a la AFP.
«Volví a la tienda y empaqueté jabón y desinfectante de manos y máscaras en pequeñas bolsas y publiqué un mensaje en Facebook diciendo que las entregaría gratis a los clientes ancianos o discapacitados», recuerda.
Asiyah y su marido Jawad, de 35 años, se pusieron a trabajar y rápidamente prepararon y distribuyeron los paquetes a todos los hogares con una persona mayor que pudieron encontrar en la zona.
«Financiamos este proyecto con nuestro propio dinero, pero algunos clientes nos enviaron sobres con 10 o 20 libras porque querían hacer una contribución», explica Javed.
Y dice tener la esperanza de que «todos contribuyan para que podamos llegar a otras zonas».
«Cuando llegamos con los paquetes [los ancianos] nos abrazan y nos dan las gracias, están muy contentos de que hagamos esto por ellos», afirma.
Más preocupante que el virus
Senga Benfell, un residente de 91 años de Stenhousemuir, es uno de los beneficiarios de estos paquetes.
Recuerda que tuvo una experiencia similar a la actual pandemia de covid-19 cuando era joven, con la aparición de una epidemia de escarlatina que afectó a los niños de la zona.
«En ese momento, todos los niños de la escuela tenían que ser vacunados. Nos vimos obligados a hacerlo», dice, refiriéndose a una «época de miedo, especialmente para las familias».
También su vecina de 80 años, Mary Tripney, cuenta las dificultades a las que se enfrenta ahora para encontrar productos de primera necesidad, como rollos de papel higiénico.
Para ella, el comportamiento de quienes vacían los comercios sin pensar en los demás es casi más preocupante que el propio virus, lo que hace que aprecie aún más la llegada del pequeño paquete con desinfectante para las manos.
«No había papel higiénico en los estantes», se lamenta, describiendo un reciente viaje al supermercado. «Los carros estaban llenos hasta rebosar y la gente se los llevaba. Tuve suerte de encontrar un rollo de toallas de papel».
En el comercio de Asiyah y Jawad, los clientes entran uno tras otro, muchos para adquirir artículos imprescindibles como jabón, chocolate, leche, papel higiénico y cigarrillos.
Se avecinan tiempos difíciles, pero hay una forma de superarlos, dice Javed: «Tenemos que trabajar juntos. Si actuamos como una comunidad, estaremos bien».