Un tribunal chileno ordenó este viernes la prisión preventiva de 28 manifestantes miembros del grupo de choque «Primera Línea», acusados de hechos de violencia durante las protestas en el marco de la crisis social que golpea al país desde el 18 de octubre.
La Corte de Apelaciones de Santiago ordenó la prisión preventiva de estos 28 manifestantes acusados de desórdenes públicos durante protestas.
Esta decisión revocó el fallo de otro tribunal que los había sancionado la semana pasada con la firma bimensual ante una comisaría mientras se investigue su caso, medida que había sido duramente criticada por el gobierno.
«Queremos valorar este fallo que es positivo, porque lo dijimos la semana pasada, no puede ser que personas que cometen delitos tan graves, como atacar a Carabineros (Policía Uniformada), tirar bombas molotov o causar graves desmanes en la vía pública, queden en la impunidad», declaró el titular del Interior, Gonzalo Blumel, tras conocerse el fallo de la Corte de Apelaciones.
Los manifestantes fueron detenidos por la Policía en medio de disturbios la semana pasada cerca de Plaza Italia o Plaza Dignidad -como ha sido rebautizada por los manifestantes- y fueron identificados como miembros de la «Primera Línea», un grupo de manifestantes que utilizan escudos, máscaras antigases y cascos para enfrentarse a los agentes antimotines.
Las manifestaciones se producen en medio del estallido social que desde hace casi cinco meses afecta a Chile, y que en medio de saqueos e incendios en el comercio y demandas sociales, han dejado más de una treintena de muertos en la peor crisis que ha sufrido el país desde el retorno de la democracia en 1990.
Como todos los viernes, en esta jornada los manifestantes volvieron a concentrarse en Plaza Dignidad de forma pacífica, con banderas y en medio de gritos y cánticos en contra del presidente Sebastián Piñera, a quien acusan de no responder efectivamente a sus demandas de estos meses.
En las calles aledañas, los miembros de la «Primera Línea» y otros encapuchados se enfrentaron a la Policía e incluso secuestraron un autobús del transporte público. Los agentes antimotines respondieron con gases lacrimógenos y carros lanza agua.
Las protestas se extendieron a otras comunas de Santiago y ciudades como Valparaíso, Antofagasta y Concepción.