Un grupo de nueve curas y religiosos de una comunidad disuelta por el Vaticano están siendo investigados por la justicia italiana por haber abusado sexualmente de dos menores en Prato, cerca de Florencia, informaron fuentes de prensa locales.
Los curas y religiosos formaban parte de la congregación «Discípulos de la Anunciación», suspendida en diciembre por el Vaticano tras una serie de denuncias e irregularidades hechas por eclesiáticos, víctimas y familiares.
El obispo de Prato, monseñor Giovanni Nerbini, en una conferencia de prensa celebrada este miércoles, garantizó su colaboración con la justicia italiana, tal como prevén las nuevas normas canónicas, que dan prioridad a las víctimas e inclusive adelantó que pidió personalmente la apertura de la investigación judicial.
En una decisión considerada histórica, el papa Francisco eliminó en diciembre el secreto pontificio para las denuncias de abusos sexuales, de manera de dar mayor transparencia y evitar que los casos sean encubiertos ante una realidad que ha desacreditado enormemente a la Iglesia católica.
Los dos jóvenes, hermanos, que los padres confiaron desde niños a la comunidad para su educación, denunciaron ante la justicia haber sido víctimas de abusos sexuales cuando eran menores de edad.
Entre los acusados se encuentra el padre Giglio Gilioli, fundador hace 10 años de la comunidad, de 73 años.
«No oculto mi dolor y mi viva preocupación y quisiera que los cargos formulados no sean ciertos. Pero la iglesia de Prato lo que quiere ante todo es saber la verdad. Espero por lo tanto que el poder judicial, en el interés de todos, concluya las investigaciones lo antes posible», declaró Nerbini.