La mandataria interina de Bolivia, Jeanine Áñez, anunció el viernes su postulación a la presidencia del país en las elecciones del 3 de mayo, una decisión que sacudió el tablero político y generó críticas de sus adversarios.
Con el anuncio, la presidenta derechista de 52 años, quien asumió el poder el pasado 12 de noviembre tras la dimisión de Evo Morales en medio de una convulsión social tras irregularidades en los comicios de octubre, terminó con los rumores sobre su postulación que esta semana habían causado controversias.
«He tomado la decisión de presentarme como candidata para las elecciones nacionales», afirmó Áñez en un discurso público.
«No estaba en mis planes participar en las elecciones», aseguró quien fuera la segunda vicepresidenta del Senado antes de asumir al frente del gobierno debido a la renuncia de quienes la precedían en la línea de sucesión.
Antes del anuncio, e incluso de la bendición de Morales al economista Luis Arce como su candidato, una encuesta del diario Página Siete de principios de enero ubicó al MAS al frente de la intención de voto con el 20,7%, y a Áñez, con un 15,6%. El aspirante y expresidente centrista Carlos Mesa, principal opositor en octubre, marchaba tercero con un 13,8%.
Desde su toma de poder, y en medio de denuncias de consumar un golpe de Estado por parte de Morales y sus seguidores, Áñez había repetido varias veces que su meta era cumplir con lo previsto en la Constitución y convocar a elecciones generales transparentes.
Pero su gobierno marcó inmediatamente una fuerte ruptura con el de Morales, que había estado en el poder desde 2006. «Dios ha permitido que la Biblia vuelva al Palacio», celebró al asumir la presidencia interina. Y en su corta gestión dio un giro en política exterior, alejándose de los gobiernos de izquierda de la región aliados de Morales, y reconociendo a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.
La mandataria explicó que basó la decisión de postularse en la falta de unidad por parte de las agrupaciones opositoras al Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido de Morales.
«La dispersión de voto y de candidaturas me ha llevado a tomar esta decisión; respetamos decisión a quienes no se unieron», dijo Áñez.
Acuerdo electoral
La mandataria interina hizo su anuncio tras un acuerdo de su partido «Demócratas» con la agrupación centrista «Solbo», del alcalde de La Paz, Luis Revilla, quien en los comicios de octubre había apoyado al candidato y expresidente Carlos Mesa.
«Estamos en otro momento histórico», dijo el alcalde, justificando su alejamiento de Mesa, quien pierde un importante aliado político en La Paz, donde Morales tuvo un fuerte respaldo en las últimas elecciones del 20 de octubre.
El nombre de Revilla suena como candidato de Áñez a la vicepresidencia. «Sería un honor para mí si la presidenta toma esa decisión», dijo sobre su potencial candidatura como acompañante de fórmula de la mandataria.
Los partidos tienen plazo hasta el próximo 2 de febrero para inscribir candidaturas ante el Tribunal Supremo Electoral. Los comicios serán el 3 de mayo y una eventual segunda vuelta está prevista para el 14 de junio.
La carrera por la presidencia
La candidatura de Áñez sacudió el tablero político en plenas definiciones, y generó críticas desde varios sectores políticos.
Hasta ahora se habían lanzado a la carrera los opositores Mesa, el expresidente de derecha Jorge Quiroga y el líder civil regional Luis Fernando Camacho, actor clave en las protestas que condujeron a la renuncia de Morales.
A ellos se sumó Arce, el exministro de Economía a quien se atribuye el incesante crecimiento de Bolivia desde 2006, tras el anuncio de Morales en Argentina el 19 de enero.
Aunque se especulaba con una posible candidatura de la mandataria, su irrupción electoral no era segura.
Los opositores al MAS se disputan los mismos segmentos de votantes de clases medias y alta, mientras que los sectores más vulnerables y rurales representan el voto duro de Morales.
Áñez cosechó críticas de varios sectores. El vocero nacional del MAS, Gualberto Quispe, deploró la candidatura de la mandataria que había descartado aspiraciones electorales. «No son cabales en sus palabras y el pueblo está recibiendo una decepción de ellos», señaló en declaraciones al canal Bolvisión, sobre Áñez.
En tanto, Camacho había señalado antes de que Áñez oficializara su candidatura que «no sería ético» que se presentara, pese a tener derecho a hacerlo.
El acaudalado empresario y excandidato presidencial Samuel Doria Medina dijo que «lastimosamente (Áñez) va a hacer todo lo que le hemos criticado a Evo Morales», en alusión al uso del aparato estatal para su campaña.