Los medios de comunicación estatales chinos acusaron a la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, de «tácticas sucias» y de hacer trampa tras la reelección de la mandataria, considerada una «resistente» a Pekín.
Tsai, que se considera defensora de valores democráticos liberales contra una China cada vez más autoritaria, obtuvo una victoria abrumadora en las elecciones presidenciales del sábado.
Los medios estatales chinos restan importancia a esta victoria y ponen en duda la legitimidad de la campaña de Tsai.
«Es obvio que esta no es una elección normal», afirma la agencia oficial de noticias Xinhua en un editorial en inglés este domingo.
Tsai y su Partido Democrático Progresista (DPP) usaron «tácticas sucias como el engaño, la represión y la intimidación para lograr votos, exponiendo totalmente su naturaleza egoísta, codiciosa y malvada», agrega.
Xinhua también acusa a Tsai de comprar votos, en un artículo de opinión en chino, y a «fuerzas oscuras externas» de ser en parte responsables de los resultados electorales.
China, que prometió algún día tomar el control de Taiwán, si fuera necesario por la fuerza, odia a Tsai porque se niega a reconocer la idea de que Taiwán es parte de «una China».
China insistió en el «principio de una China» después de la victoria de Tsai.
El portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Geng Shuang, hizo hincapié el domingo en que «independientemente de lo que ocurra en Taiwán, los hechos básicos no cambiarán: solo hay una China en el mundo y Taiwán forma parte de China».
«La posición del gobierno chino no cambiará», agregó en un comunicado.