Estados Unidos enviará a Guatemala a algunos mexicanos que buscan asilo en el marco de un controvertido acuerdo migratorio con Washington, dijo el lunes a la AFP el Departamento de Seguridad Interior (DHS) de Estados Unidos.
«Algunos mexicanos que están buscando protección humanitaria en Estados Unidos pueden ahora ser elegibles para ser transferidos a Guatemala y darles la oportunidad de buscar protección ahí», dijo un portavoz del departamento en un comunicado.
La cancillería de México manifestó en un comunicado su «desacuerdo» ante esta medida por las afectaciones que podría provocar a los mexicanos en esa situación, que estima en unos 900 a partir de febrero.
El gobierno mexicano «dará puntual seguimiento al cumplimiento de los derechos humanos contemplados en los acuerdos internacionales firmados y ratificados» por ambos países, añade el comunicado.
En julio, Guatemala firmó con Washington el Acuerdo de Cooperación de Asilo, un pacto que, según la Casa Blanca, lo convierte en un «tercer país seguro».
Bajo los términos del pacto, los migrantes que quieran buscar asilo en Estados Unidos pero que viajen a través de Guatemala deben solicitar protección en el país centroamericano.
La nueva medida sería una ampliación de dicho acuerdo, que también estipulaba que los migrantes que aspiran a asilarse en Estados Unidos deben aguardar el resultado de su solicitud en Guatemala.
El subsecretario interino del DHS, Ken Cuccinelli, tuiteó el 19 de diciembre que Estados Unidos y Guatemala estaban trabajando «estrechamente» para continuar la implementación del acuerdo.
El funcionario señaló entonces que mientras ambos país «implementan completamente el acuerdo, se están considerando todas las poblaciones, incluidos los ciudadanos mexicanos».
Varios observadores internacionales dicen que Guatemala, con 60% de pobreza, no está en condiciones de acoger a refugiados, y que simplemente firmó el acuerdo bajo una fuerte presión de Estados Unidos.
Washington ha alcanzado un acuerdo similar con El Salvador.
En octubre, autoridades estadounidenses estimaron que en un año arrestaron o pararon a cerca de un millón de migrantes indocumentado en la frontera sur con México, principalmente a centroamericanos que huyen de la pobreza y la violencia y buscan asilo en suelo estadounidense.
La mayoría de los migrantes que llegaban a la frontera eran procesados por funcionarios de inmigración y luego eran liberados para esperar una audiencia sobre su solicitud, pero por lo general desaparecían en el interior de Estados Unidos con la esperanza de establecerse.
Estados Unidos también presionó a México para que movilizara a miles de guardias nacionales en sus fronteras para frenar el flujo de indocumentados.