Una caravana conformada por casi medio centenar de madres de migrantes centroamericanos desaparecidos partió este viernes desde el estado de Chiapas, en la frontera sur de México, y espera recorrer unos 5.000 km en busca de pistas de sus familiares ausentes.
Esta es la decimoquinta edición de la llamada «Caravana de Madres Centroamericanas», organizada por el Movimiento Migrante Mesoamericano (MMM), en la que participan 45 mujeres y cinco varones, familiares de personas que migraron irregularmente y cuyo paradero se desconoce.
El grupo entró a territorio mexicano desde Guatemala por el puerto fronterizo de Talismán, en el municipio de Tuxtla Chico, y avanzará por algunas de las ciudades con mayor movilidad de centroamericanos indocumentados en su ruta hacia Estados Unidos.
«Los migrantes desaparecidos en México son muchísimos. Hay cálculos de entre 70.000 y 120.000 desaparecidos; muchos están en fosas comunes, otros en fosas clandestinas, otros en las morgues», dijo a la AFP Martha Sánchez, dirigente del MMM.
«Otros andan escondidos en algún lugar de México haciendo sus vidas más o menos normales, trabajando, pero que no han podido volver a tener comunicación con sus familiares», agregó la activista.
Hasta el 3 de diciembre, la caravana recorrerá 13 estados de la ruta migratoria para buscar a desaparecidos y sensibilizar a la sociedad y a las autoridades mexicanas sobre el drama de aquellos que atraviesan México en busca de mejores condiciones de vida en Estados Unidos.
La caravana planea seguir la llamada ruta del Golfo de México, hasta llegar a Monterrey (norte), donde se tiene previsto uno de cuatro encuentros entre madres e hijos.
«Son personas que localizamos en el transcurso del año y que invitamos a las madres que vengan para que puedan reencontrarse, porque de otra manera no podrían verse», explicó Sánchez.
Desde la primera de estas caravanas, hace 15 años, el movimiento ha localizado a 310 migrantes, detalló la dirigente.
La búsqueda consiste en visitar cárceles y albergues, además de exponer fotografías con los rostros de los indocumentados en plazas publicas, con el fin de hallar indicios sobre su paradero.
Sánchez dijo que entre los factores por los que los migrantes pierden contacto con sus familias están el miedo a la persecución de las autoridades y la falta de recursos para comunicarse.
La migración centroamericana que cruza por México hacia Estados Unidos es un fenómeno latente en la región, pero que se agudizó desde el año pasado con el surgimiento de multitudinarias caravanas, lo que tensó la relación entre ambos países.
Bajo amenaza de sanciones comerciales de Washington, el gobierno mexicano ha desplegado desde junio a unos 27.000 soldados en sus fronteras norte y sur, logrando frenar los flujos migratorios.