Los masivos incendios en el este de Australia causaron tres muertos, dejaron más de 150 hogares destruidos y obligaron a miles de personas a abandonar sus viviendas, según los bomberos, que afrontaban este sábado grandes dificultades para extinguir muchos fuegos al mismo tiempo.
El primer ministro australiano, Scott Morrison, dijo que el gran número de incendios era «increíblemente preocupante» e instó a los residentes a «mantenerse a salvo» y «escuchar los servicios de emergencia».
Si es necesario, afirmó Morrison, el ejército podría ser llamado para ayudar a los 1,300 bomberos que combaten un centenar de fuegos en la zona.
Varias personas están desaparecidos y al menos unas 30 resultaron heridas, en su mayoría bomberos. Centenares de civiles se han sumado en tareas de ayuda.
«Mis pensamientos van a quienes han perdido la vida, y a sus familias», declaró el primer ministro.
Un cadáver fue hallado en una vivienda quemada cerca de Taree, localidad costera del este, indicó la policía. Otra persona pereció en el interior de un vehículo, y una mujer falleció a pesar de recibir tratamiento médico durante varias horas.
«Lamento tener que decir que el saldo [de víctimas fatales] podrá aumentar durante el día», había comentado la primera ministra del estado de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, cuando el saldo era de dos víctimas mortales.
En tanto, el servicio de bomberos informó que al menos 150 casas han sido destruidas en los incendios.
El centenar de fuegos afectan las zonas rurales de Nueva Gales del Sur y Queensland, de los cuales ocho seguían siendo muy peligrosos.