El expresidente boliviano y candidato opositor Carlos Mesa exigió el viernes que el Congreso designe un nuevo órgano electoral que convoque a repetir el sufragio del 20 de octubre, tras la difusión de un informe que lo describió como «viciado de nulidad».
Mesa (2003-2005) le envió una carta al vicepresidente boliviano, Álvaro García, quien está al frente del Congreso, para que «pida a la Asamblea Legislativa un proyecto de ley de emergencia para la reorganización del Tribunal Supremo Electoral» (TSE), afín al presidente Evo Morales, reelegido tras un cuestionado escrutinio.
El exmandatario centrista, quien como el resto de la oposición exige la renuncia de Morales, hizo este pedido tras el crítico informe de la consultora panameña ‘Ethical Hacking’, contratada por el mismo TSE para hacer una auditoría informática a las cuestionadas elecciones del 20 de octubre.
«Nuestra función como empresa de seguridad de auditores es decir todo lo que se encontró, y mucho de lo que se encontró sustenta que el proceso electoral está viciado de nulidad», dijo el director de la compañía, Álvaro Andrade, citado por el diario Página Siete.
Mesa dijo en conferencia de prensa que «la conclusión final de la empresa Ethical Hacking es demoledora» y «cambia de manera dramática el escenario electoral, en cuanto hace a la auditoría de la propia OEA».
Una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) está haciendo una auditoría de los comicios, que fue rechazada por la oposición boliviana por considerarla «unilateral».
Mesa justificó su pedido de nombrar a siete nuevos vocales para el TSE «al haberse convertido el órgano electoral en el factor determinante de la convulsión y violencia social con grave daño para la paz y concordia».
Indicó además que los nuevos vocales del TSE deberían organizar de inmediato una nueva elección para que el próximo presidente asuma el próximo 20 de enero, día en que concluye el actual mandato Morales, en el poder desde 2006.
Bolivia atraviesa la tercera semana de protestas, con saldo de tres muertos y unos 250 heridos, en rechazo a la reelección de Morales.