Los clubs que están al frente de la revuelta son el Manchester City, Liverpool, Chelsea, Arsenal y Manchester United, que van a negociar en los próximos días el apoyo de los grandes clubs continentales. Está previsto que en las próximas fechas FC Barcelona, Real Madrid, Bayern Múnich, PSG, Juventus y Milan sean invitados a sumarse a la causa después de recibir las correspondientes explicaciones y conocer las ventajas que para ellos supondría dejar a un lado la Champions League.
El diario The Sun explica hoy que Ferran Soriano (Manchester City), Ed Woodward (Manchester United), Ivan Gazidis (Arsenal), Ian Ayre (Liverpool) y Bruce Buck (Chelsea) han elaborado las líneas maestras del proyecto intentando mantener en secreto la cumbre. Se trataría de cerrar la competición a los grandes clubs europeos, que tendrían garantizada su presencia siempre en esta Super Liga, al estilo de lo que sucede en la NBA. Según los cálculos establecidos, los derechos de televisión se dispararían y se situarían por encima de los 300 millones anuales para los clubs.
La nueva competición incentivaría la política de fichajes de los clubs eliminando la norma del fair play financiero, aunque también se establecerían límites salariales, como en la NBA, algo a lo que es contraria la UEFA. El objetivo de los clubs ingleses es impedir que equipos afortunados que son flor de un año, como pueda ser en esta temporada el Leicester, dejen fuera de Europa a los grandes de verdad, lo que supone un duro revés para la economía de dichos clubs. Todo eso significaría renunciar a la Champions League e incluso a las ligas locales, lo que supone un serio contratiempo para todos.
Un golpe de estado en toda regla.