El atacante de 45 años se suicidó después del tiroteo. El hombre había sido despedido en abril de su trabajo y disparó a sus excolegas. «Era un empleado disgustado que volvió al negocio esta mañana», dijo el alguacil del condado de Orange, Jerry Demings.
«No tenemos pistas de que el sujeto participe en ningún tipo de organización terrorista», añadió. «Por el momento esto probablemente sea un incidente violento en el lugar de trabajo».
Las autoridades no revelaron la identidad del hombre que poco después de las 08H00 locales (12H00 GMT) abrió fuego en un negocio que distribuye artículos para motorhomes. Siete personas sobrevivieron al ataque.
Según el recuento policial, tres hombres y una mujer murieron a tiros en el negocio en un área industrial de la calle Forsyth Road, cerca de la Universidad Full Sail, al este de Orlando. Otro hombre murió en el hospital y el atacante se pegó un tiro.
Una residente de la zona, Shelley Adams, dijo a la prensa local que recibió una llamada de su hermana, Sheyla McIntyre, desde la escena del crimen. «Estoy bien, estoy bien», le dijo la hermana. «Mi jefe esta muerto».
El alguacil Demings dijo que el atacante había protagonizado un incidente de violencia en este negocio hace tres años, pero no se le presentaron cargos.
Hace un año, la turística ciudad de Orlando fue escenario de un tiroteo en un club gay que dejó 49 muertos, la mayoría puertorriqueños, y decenas de heridos.
Las autoridades se preparan para conmemorar el lunes próximo el primer aniversario de este ataque masivo, considerado el más mortífero en Estados Unidos desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.
«A lo largo del último año, la comunidad de Orlando ha enfrentado desafíos como nunca antes», dijo el gobernador de Florida, Rick Scott, en un comunicado. «Pido a todos los floridanos que recen por las familias de las víctimas de este insensato acto de violencia».