Unos 2.6 millones de uruguayos elegirán nuevo presidente este domingo en un balotaje al que el candidato opositor centroderechista Luis Lacalle Pou llega como claro favorito.
En una región que ha visto el ascenso de la ultraderecha en Brasil y la vuelta de la izquierda en Argentina, Uruguay podría dar un viraje a 15 años de gobierno del Frente Amplio, una coalición de partidos de izquierda que reúne a socialistas, comunistas, exguerrilleros y ortodoxos económicos.
Las encuestas no favorecen al oficialismo. La diferencia entre el abogado de 46 años Lacalle Pou y el ingeniero y exalcalde de Montevideo Daniel Martínez, de 62 años, puede alcanzar hasta ocho puntos porcentuales (51% a 43%) en la intención de voto, según los sondeos.
Tras la primera vuelta de octubre, Lacalle Pou, del Partido Nacional, logró reunir en una alianza electoral a todo el arco opositor, incluidos el liberal Partido Colorado y el derechista Cabildo Abierto, liderado por el excomandante en jefe del Ejército Guido Manini Ríos.
Luego de tres períodos consecutivos durante los cuales gobernó con mayoría absoluta en el Parlamento, el Frente Amplio se encuentra ante el mayor desafío de su historia política: mantenerse en el gobierno al que llegó por primera vez en 2005.
Pero con un alto desempleo del 9,5%, una economía estancada con un persistente déficit fiscal del 4,9% del PIB, y un aumento del 45% en el número de homicidios entre 2017 y 2018, en un país considerado seguro en el contexto latinoamericano, Uruguay podría cambiar de signo político este domingo.
Las propuestas del favorito
Lacalle Pou, del Partido Nacional, va por su segundo intento de llegar a la Presidencia, tras perder en 2014 ante el actual mandatario, Tabaré Vázquez.
El hijo del expresidente Luis Alberto Lacalle (1990-1995) anunció que, en caso de victoria, tras asumir el primero de marzo de 2020, enviará al Parlamento una «ley de urgente consideración» con la que pretende organizar el gobierno de la coalición que encabeza.
Muy criticada por el Frente Amplio que acusa a la oposición de esconder las medidas de su ley, la iniciativa apunta a permitir que el nuevo gobierno adopte medidas rápidas, en un plazo de 90 días.
Este proyecto busca declarar la «emergencia» de seguridad para abordar la principal preocupación de los uruguayos.
En materia económica, Lacalle Pou prevé eliminar los pagos obligatorios por vía de entidades financieras, introducidos en una ley de «Inclusión financiera» del Frente Amplio criticada por lo oposición por reducir la libertad del usuario de elegir formas de pago. También quiere liberar la importación de combustible en un país donde una empresa estatal tiene el monopolio en importación, refinación y distribución y donde los precios del carburante -entre los más altos del mundo- son fijados por el gobierno.
Lacalle Pou planteó asimismo un ordenamiento de las cuentas públicas para controlar el déficit fiscal y preservar el grado inversor de Uruguay, que prevé lograr mediante ahorros de hasta 900 millones de dólares en el Estado, entre otros, evitando la reposición de algunas vacantes.
¿Cambio de ciclo?
Uruguay formó parte de un grupo de países que viró hacia gobiernos de izquierda en la década pasada, cuando gobernaron Néstor y Cristina Kirchner en Argentina, Luis Inácio Lula da Silva en Brasil, o Rafael Correa en Ecuador.
Muy cercano al chavismo venezolano, el Frente Amplio llegó al gobierno de la máno de Vázquez en 2005, continuó con José Mujica en 2010, y volvió a Vázquez en 2015.
Aunque obtuvo casi el 40% de los votos en primera vuelta, esta coalición que funciona como un partido político desde su fundación en 1971, no ha logrado mantener el apoyo entre sus votantes de cara al balotaje del domingo.
Si el escenario apunta a un cambio, según las encuestas, no se esperan grandes cambios en el funcionamiento institucional del país.
«Uruguay sigue siendo un ejemplo de democracia que funciona en la región, (un país) que rechaza los extremismos populistas», explicó a la AFP Paul Hare, profesor de Relaciones Internacionales de la Pardee School en la estadounidense Universidad de Boston.
A partir de las 8H00 locales (11H00 GMT) y hasta las 19h30 locales (22H30 GMT) permanecerán abiertas las mesas de votación. Los resultados de las encuestas a boca de urna podrán conocerse a partir de las 23H30 GMT y los oficiales en la misma noche del domingo.