Donald Trump, en el centro de la polémica por su tibia reacción a un ataque el sábado de supremacistas blancos en Charlottesville, condenó enfáticamente este lunes el racismo, tildando de «repugnantes» a los grupos neonazis y al Ku Klux Klan (KKK).
«El racismo es el mal», dijo el mandatario desde la Casa Blanca. «Y los que causan violencia en su nombre son criminales y matones, incluyendo el KKK, los neonazis, los supremacistas blancos y otros grupos de odio que son repugnantes a todo lo que queremos como estadounidenses», añadió.
Acusado por demócratas y republicanos de indulgencia hacia la extrema derecha luego de los disturbios registrados en el estado de Virginia, que dejaron un muerto y 19 heridos en enfrentamientos entre supremacistas blancos y manifestantes antirracistas, Trump prometió «justicia».
«A cualquiera que haya actuado criminalmente en la violencia racista de este fin de semana, se lo hará plenamente responsable. Se hará justicia», afirmó el mandatario, tras viajar a Washington en un alto en sus vacaciones para analizar el tema con el fiscal general Jeff Sessions y el director del FBI, Christopher Wray.
Hasta ahora, Trump no había condenado directamente a los militantes de extrema derecha por los hechos de Charlottesville, algunos de los cuales llevaban gorros o camisetas con la imagen del magnate.
El mandatario, que durante la campaña electoral recibió apoyo de prominentes supremacistas blancos, se había limitado a culpar a «ambas partes» involucradas en los hechos, en una declaración el sábado desde su club de golf en Nueva Jersey, donde descansaba.
Heather Heyer, de 32 años, murió cuando un presunto simpatizante neonazi, James Field, de 20 años, intencionalmente embistió con su vehículo a una multitud que se oponía a una marcha de supremacistas blancos, entre los que había miembros del KKK.
Field, originario de Ohio (norte), sigue arrestado luego de que un juez le negara libertad bajo fianza y enfrenta cargos de asesinato en segundo grado por lo ocurrido.
– «Terrorismo interno» –
El FBI y fiscales federales han abierto una investigación de derechos civiles sobre lo ocurrido en Charlottesville.
«Pueden tener la certeza de que vamos a avanzar la investigación hacia los cargos más graves que se puedan presentar porque esto es inequívocamente un ataque inaceptable y malvado», dijo Sessions el lunes en la cadena ABC, y subrayó que el Departamento de Justicia busca todos los argumentos para presentar cargos.
El ataque con el automóvil «entra en la definición de terrorismo interno en nuestro estatuto», afirmó.
Entre los heridos, 10 seguían hospitalizados sin riesgo de vida y nueve habían sido dadas de alta, según informó el sistema de salud de la Universidad de Virginia.
Dos policías que participaban en el operativo de seguridad en Charlottesville el sábado también murieron, pero sus fallecimientos fueron producto de un accidente del helicóptero que los transportaba.
– Renuncia de asesor negro –
La controversia en torno a Trump motivó el lunes la renuncia de un destacado ejecutivo afrodescendiente a su puesto de asesor económico del presidente.
«Los líderes de Estados Unidos deben honrar nuestros valores fundamentales al rechazar claramente las expresiones de odio, intolerancia y supremacía, que van en contra del ideal estadounidense de que todas las personas son creadas iguales», dijo Kenneth Frazier, CEO del gigante farmacéutico estadounidense Merck, al anunciar su dimisión.
«Como CEO de Merck y como una cuestión de conciencia personal, siento la responsabilidad de tomar posición contra la intolerancia y el extremismo», escribió Frazier en Twitter, recordando que la «fuerza» de Estados Unidos radica en su «diversidad».
Trump no tardó en responder. Frazier «va a tener más tiempo para dedicarse a reducir el precio totalmente abusivo de los medicamentos», tuiteó.
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